Reflexiones

Corre junio 2022. Algunos dicen que se terminó la pandemia, igual por ahora, seguimos subiendo a los ómnibus y a los espacios cerrados con tapabocas. Suspender temporariamente los cuentos costó pero fue necesario. Como las situaciones intensas y complejas por momentos de la vida, que no es ni clara y oscura; es también de colores. Descubrir sin embargo, que trae sosiego escribir para amigos, amigas, compañeros y compañeras. Varias veces han hecho saber que extrañan los relatos.

Fue y sigue siendo por momentos difícil este año, se han naturalizado cuestiones que antes no podíamos imaginar que nos sucederían con la frecuencia emocional que necesitamos y extrañamos, la ronda de abrazos con gentes que queremos, la rueda de mates, las reuniones efusivas, los cumpleaños masivos; todas esas situaciones se siguen produciendo… pero de otra manera, desde otro lugar. Se han ido para no volver, personas queridas y entrañables y esos duelos todavía persisten en algunos de nosotros. De todas maneras siempre estarán a la orden del día, las emociones nuevas y motivadoras, las ganas de comenzar otros abrazos. Continuar y cambiar para seguir viviendo sin tanta individualidad que persiste y abruma. ¿Es posible esto?

Sí, tenemos que confiar en los cambios nuestros y ajenos. Procurar mantener un equilibrio que haga que los seres humanos seamos cada vez más fraternos, solidarios y progresistas en nuestras conductas, con nosotros mismos y con los demás integrantes de esta aldea local; que se nos transforma y agranda día a día en global. Adaptémonos. Como podamos.

Gracias por la generosidad de vuestro entusiasmo que motivó al fin mi deseo por la vuelta a la escritura.

Analía Da Costa Berocay